viernes, 8 de agosto de 2014

Probando Cosas nuevas

Al fin voy a escribir directamente sobre el blogg, y no sobre word o sobre una hoja de papel, podría haber sido peor, sobre papel higiénico, sobre un muro, o incluso sobre mi propia piel. Suelo ser exagerado, mil disculpas por ello.

Tengo complejo de gato asustadizo. Todos los que me conocen saben que no deben, bajo ninguna circunstancia pegarme un susto cuando estoy muy relajado o excesivamente concentrado. Soy de los que pegan un brinco para atrás, un puñetazo hacia adelante, y alguna exclamación obscena. Sin embargo, sólo soy asustadizo, pero no miedoso. En tanto, si evalúo algo, y no le consigo la seguridad de una muerte certera, le echo piernas. Con esto aclaro, que no está en mi lista de cosas para probar, fumar, drogarme, volverme don juan o clavarme un puñal cinco veces en el corazón y ver si sobrevivo, al menos no en este instante.

Hoy, y sólo por pocos días, la oficina es única y exclusivamente para mí. Situación ideal para probar algo que siempre he querido, pero que la jefa jamás me permitió: dos monitores. Sé que para muchos es algo cotidiano, de hecho en una de las consultoras que visité, todos sus trabajadores tenían doble monitor, algunos más hábiles en usarlo que otros. Pues los menos hábiles, se perdían abriendo archivos, localizando íconos, e incluso buscando el puntero del ratón.

Soy un usuario de múltiples programas simultáneos: autocad, Excel, el programa de cálculo de turno, música, correo porque siempre hay algo para adjuntar, que pesa mucho, y que un internet lento no ayuda, (tampoco ayuda que el jefe lo vea una vez cada una o dos semanas; hay cosas que me hacen pisar más fuerte, con más seguridad con su visto bueno “in situ”)

Por ahora, tres minutos, para adaptarme: pantalla principal, todo es desde aquí; pantalla secundaria, un especie de monitor congelado; todo abre y se trabaja en principal, todo se lee o se congela en secundario. Creo que voy bien, el puntero no se me ha perdido.

Sólo será para pasar la fiebre. Debo ordenar todo antes de que la jefa vuelva. Si algo me han enseñado, es nunca discutir con una mujer, siempre el hombre sale perdiendo, no importa quien sea: abuela, madre, amiga, hermana, novia, esposa, querida, hija y hasta nietas.

Ya lo he disfrutado por unas ocho horas. La verdad salvo para revisar unos detalles en el plano general para plasmarlo sobre unos planos de detalles, que fueron apenas, unos minutos, no he tenido necesidad real de voltear hacia el segundo monitor. Tal vez mañana, cuando empiece con la redacción de los documentos le saque más provecho, o llegaré a la conclusión de que la relación costo+espacio+recursos/beneficio de tener dos monitores lo vuelve innecesario.

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