miércoles, 6 de agosto de 2014

Nomogramas

No pretendo dar una lección sobre lo que es, pues para los que saben qué es, cualquier explicación está de más; para quien no lo sepa, será extraño que los vaya a utilizar. En todo caso, la fiel Wikipedia le podrá indicar a aquel individuo lleno de curiosidad, su historia, su uso y sus ventajas. Escribo sobre ello, porque hoy, los vuelvo a ver, en una transcripción de guía a Excel que estoy intentando hacer. (si hay pirómanos, cleptómanos, yo sería excelmano).

Para los perezosos que no saben qué es, y sin embargo sienten el gusano de la curiosidad picándoles por dentro, es básicamente una regla de cálculo. Más simple de entender, es una gráfica, en donde, sin necesidad de conocer ecuaciones, ni siquiera relación entre valores, puedes encontrar una respuesta visual bastante aproximada, si conoces los valores de entrada y sabes manipular el nomograma, que por lo general , es muy sencillo.

El primer nomograma que vi, fueron en la universidad, en una materia denominada “mecánica de fluidos”. Lo usábamos para conocer la longitud equivalente de accesorios para tubería. Muy simple de usar: Está el accesorio graficado en una escala, los diámetros en otra escala, unimos los dos puntos con una línea que cruza una tercera escala, y huala! Tenemos la longitud equivalente. Los resultados obtenidos son experimentales, y aún no había ecuaciones adecuadas (para el momento en que nos explicó el profesor). Los programas tienen dichos resultados tabulados, y los extraen para usar cuando son requeridos.

No volví a ver un nomograma, unos tres años después, en mi primer proyecto como profesional. Tenía que calcular y dibujar los sistemas de ductos de aire acondicionado. Cuando me asignaron esa tarea, ni siquiera sabía por dónde empezar. Me limité a decir “ok”. El jefe de mecánica, me entregó un nomograma muy especial, el que se utiliza para obtener el resultado que necesitaba para dibujar los ductos. Me dijo: “los cálculos pueden esperar. Necesitamos los planos ya. Usa esto. Caudal aquí, factor de fricción aquí, y todas las respuestas aquí, aquí, y aquí”. 
Fue muy divertido. Sin calculadoras, sin Excel, sin estrés. Coloco, leo y dibujo. Me dio tiempo suficiente para revisar libros, apuntes, y como no, obtener los programas dedicados a dichos cálculos. Cuando tocó entregar los cálculos, teniendo los programas de cálculo a la mano, pude constatar los resultados: si bien no eran exactos, eran lo suficientemente precisos para lo que necesitaba, las dimensiones para dibujar. 

Por cierto, el nomograma regresó con su legítimo dueño, (era toda una reliquia, tendría unos 30 o incluso 40 años de antigüedad), me obsequiaron uno más actualizado y en este instante está engavetado junto con los libros y guías de la oficina.

3 comentarios:

  1. Qué curioso, los he utilizado montones de veces, pero no sabía cómo se llamaban. Mi primer jefe era adicto a las Normativas Tecnológicas Españolas, que están llenas de reglas de este tipo. Más fácil eso que los cálculos; aunque le muy insensato las utilizaba incluso para saber qué perfiles colocar en las cerchas, sin cálculos posteriores que lo confirmaran.

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  2. Aparte de ese, tenemos otros que son para estimación de carga térmica, un poco más "tecnico" que multiplicar por un factor, pues considera todas las cargas que integran el cálculo. Aún no he probado a ver cuán preciso es. Para todos los cálculos que he tenido que realizar, tengo o bien los programas específicos o las ecuaciones para introducirlas al excel, pues casi todos los proyectos exigen documentación respecto a los cálculos, algo que los monogramas no entregan, así que prefiero no hacer doble trabajo.

    Supongo, que en campo han de servir bastante bien. Sacar, deslizar o alinear, y tenemos la respuesta que queremos. Lógicamente, cuando se vaya a entregar el informe, o al menos el reporte en su defecto, se deberá calcular y justificar lo elegido; no me imagino un reporte diciendo: "de acuerdo a los resultados obtenidos del nomograma..."

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  3. Y por cierto, puedo sentir un leve sentimiento de rabia hacia tu primer jefe. Él no tiene culpa de que la genética y su educación lo induzcan a ser así. Míralo desde este punto de vista: a sabiendas que así te cae mal, ya sabrás cómo no comportarte. Uno aprende viendo como lo hacen de manera correcta y cómo no se deben hacer las cosas.

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