miércoles, 13 de agosto de 2014

Agradecimientos a la luz

Gracias al Señor José, acabo de añadir a mi desnutrida lista de lecturas, un blog titulado hemeroflexia. Con una forma de escribir muy pulida, sin embargo bastante agradable a la vista, cosa que no ocurre con los libros de física: si se entiende le falta contenido; si tiene buen contenido no se entiende.

Una de sus entradas, titulada “aforismo”, recoge verdades que si bien son obvias, vistas desde ese punto de vista literario, resultan ser más atractivos. Una de ellas hace referencia a la luz, acompañada con una foto, supongo que retocada, muy emotiva, principalmente por los utensilios colgados en la pared, parecen “woks” (sartén gigántesco chino, con que se sofrita cualquier cosa y en donde se prepara arroz chino de verdad. Sobre el arroz chino… mejor lo dejo para otro día), que me recuerdan mi niñez. quiero, en cierto modo continuar, con ese aforismo, o más bien extrapolación, sea como ejercicio o sea como mi punto de vista, con el permiso de quienes deba. Aquí va: 

Lo primero que hizo Dios, antes de que nada existiera, fue la luz: signo de justicia y rectitud, valores efímeros como ella misma; se tapa con cualquier cosa ensombreciendolo todo, y la gravedad la doblega. Más rápida que ella no va nadie. Los que logran alcanzarla, consiguen a su paso inmortalidad, pues el tiempo se detiene, y quienes la superan dejan de existir, por culpa del E=mc².

La luz, en su ausencia la oscuridad prevalece. Sin justicia y equidad, el caos es quien domina. No es raro, la atribución de este fenómeno a estos valores, definitivamente. 

Todo lo que se puede ver y sentir es real. Hay cosas que se sienten pero no se ven: el viento o los campos magnéticos; hay cosas que se ven pero no se sienten: la luz o las golosinas tras un cristal; supongo que bajo el dilema anterior serían semi-reales. Cómo clasificamos aquello que ni vemos ni sentimos? Fe ciega? Realidad infrarroja? Mejor, podríamos llamarlo infrarrealidad. (la luz infrarroja existe, pero no la vemos a simple vista, hace falta equipamiento especial para ello. Creo que mejor me quedo sacando cuentas y dibujando planos.

Así que, para esas cosas infrarreales, que a veces negamos y otras veces pedimos que sean ciertos, y que sus predicadores afirman con una certeza cual dos más dos igual a muchos problemas, habrá algún equipamiento especial para verlos? A mí me gustaría que existieran. Ver fantasmas, el otro mundo, (llámese como se llame), las famosas auras, y cómo no, a Dios… mejor no, al menos no ahora, que tengo cuatro pelos de gato mal distribuidos alrededor de mi boca, conocidos como barba y bigote. Lo bueno de mi caso es que las máquinas de afeitar no son un gasto para mí: aún sigo usando la desechable del año pasado, sólo falta la disposición de usarlo.

3 comentarios:

  1. (Este comentario debería ir en la entrada de arriba, pero no me deja escribir ahí -a veces el ciberespacio se enfada conmigo).

    Yo siempre que cometo un error tan involuntario como el de los puntos y las comas, me consuelo pensando que si gente tan inteligente como los que trabajan en la NASA confundieron los cm con las pulgadas (durante un tiempo pensé que era una leyenda urbana, pero está recogido en algunos periódicos serios), también yo tengo el derecho a cometer equivocaciones.

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  2. Nunca había pensando en el Génesis desde el punto de vista científico. ¿Tiene algún sentido que Dios primero creara la luz si aún no existían ojos para disfrutar de ella? ¿No debería haber creado primero la materia? Y si tuvo que crear la luz, ¿es que vivía en la más absoluta de las oscuridades? ...

    Si para una atea es complicado pensar en el universo y todo lo que nos rodea, para un creyente debe de ser aún más complicado porque la existencia de Dios implica hacerse aún más preguntas.

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  3. Eso es porque usamos el sentido común, el raciocinio y la lógica, en resumidas cuentas, el método científico. Creer en Dios, intrínsecamente significa tener fe, y fe significa creer a ciegas sin saber, sin basamentos, y sin razón, por lo tanto no hay nada para preguntar. "hoy me ganaré la lotería, tengo fe en ello", implica que descartaré el hecho científico de las probabilidades, estadísticas a nivel local y global, registro, análisis y comparación de resultados a lo largo de la historia de esa lotería, para creer ciegamente y sin sentido que ganaré con este billete de lotería que no compré. Es sólo un ejemplo ilustrativo, un vidente me dijo que no tendré una vida de lujos, que siempre estaré trabajando por una u otra razón, (por necesidad o por pasión) y que si bien Dios siempre me bendecirá dándome los frutos de mi trabajo, jamás me sacaré la lotería, y mucho menos salir ganando de un casino, en fin, con apuestas no me volveré rico. Soy lo suficiente tacaño como para no experimentar al respecto. Lo mismo le dijo a mi hermano, y nunca ha pegado un sólo premio.

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