martes, 7 de mayo de 2024

Al fin le encuentro lógica y sentido a la evolución

"sobrevive y prospera el más apto". Esta es la frase que muchos conocemos de la teoría de la evolución de Charles Darwin. Sin embargo muchos , me incluyo, teníamos la idea errónea de que con solo "desear", las jirafas se les hacía los cuellos más largos, los osos polares se les puso el pelaje blanco o que nuestro cerebro evolucionó para convertirnos en la plaga que azota el planeta tierra.

Eso de desear sencillamente no me convencía. "Desear" no es suficiente para que las mutaciones sucedan. Allí la palabra clave: . mutación. No hace mucho ví un vídeo y finalmente entendí la teoría de la evolución en todo su esplendor. Nunca fue cuestión de desear, siempre fue cuestión de suerte.

Cada ser viviente es víctima de su propio ADN, y lo único que puede hacer por sus descendientes es transmitir genes y desear que les vaya bien. Por más que hagamos a nuestros organismos, lo que dictamina a la siguiente generación es el ADN que le transmitiremos y las mutaciones que en el Interin ocurran. Después de eso, será la naturaleza quien juzgue y permita prosperar a la mutación de turno, desechando el resto. Que existencia tan natural, tan imparcial, tan objetiva, tan triste.

Menos mal que somos humanos. Para nosotros evolución es algo más que ADN. Hagamos por nosotros algo más que esperar a la siguiente mutación.