Para nadie es un secreto, (lo dije sólo porque jamás usaré eso en mis documentos técnicos, que por cierto me tocan redactar un montonal para lo que quede de año, y probablemente parte del otro), que los servicios, sean públicos o privados en mi país, son de lo peor, en cuanto a calidad, costo, atención pre y post-venta, sean privados o peor aún públicos.
Ejemplo el transporte, al menos en mi ciudad, no es público, la calidad del servicio lo describí en alguna entrada pasada. La energía eléctrica, propiedad del Estado, fluctua frecuentemente, con altibajos en la tensión eléctrica que más de una nevera, aire acondicionado y equipos delicados se han dañado. Los protectores de voltaje son un accesorio imprescindible a la hora de adquirir cualquier equipo.
Finalmente, el que le da cuerda a esta entrada, el internet. He perdido la cuenta de la cantidad de veces que he llamado a la compañía telefónica, la única del país por cierto, (hay otras dos de caracter privado, pero son peor aún, lo sé porque en la oficina usamos una de esas) y como siempre, las mismas pruebas de siempre: los cablecitos, el filtro, las luces, conecte aquí, empate allá... con todo y que le menciono a la operadora que todo ese protocolo ya lo he cumplido antes de llamarla.
Pero finalmente me topé con un operador serio y responsable, al menos en su trabajo. Apenas tomó mis datos, se percató que lo que he llamado es un vergüero (expresión venezolana que bajo este contexto significa una gran cantidad de veces, también puede significar problemas o desastre) y al preguntarme si ya cumplí con el tedioso protocolo del cablecito el filtro... se limitó a decirme que lo deje así, y que asignaría un técnico a mi caso.
En este punto, debo aclarar, que todas las veces que he llamado, al día siguiente o a los dos días, el internet se restablece. Desconozco si es que lo repararon o simplemente se arregla sólo. Continuando con la historia, a los dos despierto con el internet restaurado. Navegué, revisé el blog de una amiga (al menos así la considero) revisé el correo. Estando en el trabajo, el técnico de internet se comunica conmigo. Le cuento a fondo el problema, Los sucesos que ocurren antes de que el internet deje de funcionar (lluvia y apagones), y con un ton muy sincero, muy humano, muy de vecino, "hermanito, ese problema es solventable, pero no aquí, ni ahora, ni en un futuro cercano. Los postes y tableros de telefonía, perdieron su hermeticidad, y hay ciertos servidores, que al caerse, tardan días en restablecerse, un sin fin de cosas más, y no hay repuestos para ningún tipo de mantenimiento. Sólo tenemos unos cablecitos, una que otra herramienta y nada de fuerza de voluntad, pues los técnicos somos los que se calan las malas caras de la gente, como si tuviéramos la culpa.. Si ya le volvió el internet, disfrútelo hasta que llueva o caiga otro apagón. Llame otra vez, para que reestablezcan el servidor y le de tiempo a los tableros de secarse. Mientras tanto entonces, voy a dar como resuelto el caso, le parece?"
Nuevamente debo aclarar, que lo dicho por el técnico está algo parafraseado, pero tengo la certeza que expresa todo lo que escuché a través del auricular de mi teléfono que recién me robaron, de nuevo. De ahora en adelante, solo potecitos clase pa´ botar.