sábado, 8 de febrero de 2014

Cuando la prisión es uno mismo

De pequeño siempre fui lo suficiente cauto a la altura de las circunstancias gracias a mi madre, quien pese a no ser muy instruida, ha aprendido gracias a los golpes de la vida quienes sabiamente la han moldeado para luego moldearme.

Ahora, cuán bueno es que seamos cautos ante las circunstancias? Siendo precavidos no nos estaríamos perdiendo de algo mejor? Seamos honestos: si la vida fuese un edificio, está bien que seamos cautos, pero con lo aleatorio, lo influenciable, lo impredecible que es la vida, valdrá la pena dejar de disfrutarla por el simple miedo a que pasen "cosas"? Yo creo que no.

1 comentario:

  1. Soy de tu misma opinión. Si tenemos demasiado miedo para arriesgarnos, no se vive. Pasan los años y te das cuenta que por cobardía no has disfrutado. Es mejor arriesgarse, ser hedonistas y compensar el miedo que se sienta, con el disfrute de las nuevas experiencias.

    ResponderEliminar