domingo, 7 de septiembre de 2014

Prisas de última hora

Siempre cumplo mis objetivos, mas nunca de acuerdo al plan trazado. Le ocurre a todos dentro de la empresa. Siempre he envidiado a Jhon, el protagonista, o más bien punto central de la serie de películas ¨SAW¨ (también conocido como los juegos del miedo), de cómo es capaz de trazar planes tan perfectos, en donde todo sale exactamente como lo planeó. Supongo que debe ser porque es una película, o quizás los gringos tienen un mejor sentido de organización y protocolo, por lo que sus planes, por lo general, se cumplen sin mayor inconvenientes.

Gracias a que nuestros planes nunca se cumplen, nos hemos vueltos especialistas en improvisación, denominados también especialistas en planes B. Por ahora, la desktop de la casa expirada, una laptop que no es ni propio ni muy funcional, será la que haga cumplir un objetivo casi imposible. Al momento de escribir esta entrada, espero por eliminar todas las variables que pudiesen estorbar mi concentración, incluido el hambre. Dentro de media hora ceno, le doy de cenar a mis mascotas por la fuerza (para mi son solamente una responsabilidad, no los disfruto como debería, y ellos no disfrutan de mi como debe ser su derecho) y el resto de la noche para terminar lo que tomaría dos días de trabajo. Un atraso adicional: en mi voluntad de dejar la cafeína, veré que sustituto encontrar. Probaré la recomendación de una amiga, caramelos a granel, quizás también pruebe con galletas. 

2 comentarios:

  1. Huy, a mí me pasa exactamente lo mismo. Ayer me quedé hasta las tres y media (de la madrugada) haciendo una estructura que debería haber estado terminada a las tres y media de la tarde, pero siempre ocurre algún problema (ayer fue la visita inesperada de un cliente que se prolongó más de la cuenta, y luego el programa de cálculo que se puso farruco (insolente, que hacía lo que le daba la gana)).

    También yo era adicta a la cafeína: café, coca-cola, té, cafiaspirinas... cuando me desenganché, estuve dos días con dolores de cabeza insoportables (espero que no te ocurra lo mismo). Hace poco me aconsejaron masticar chicle para sustituir los efectos de la cafeína (es decir, para no quedarme dormida mientras trabajo).

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  2. Gracia a Dios, nada de dolores de cabeza, sólo somnolencia, falta de concentración, cansancio general, y carácter irritado. Ya se me pasó el efecto. Aún así, no quiero volver a ingerir cafeína, primero para extender un poco más la abstinencia, y segundo para usarlo en caso de que haga falta de verdad..

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