martes, 8 de abril de 2014

Preparando pizza

Aquellos que crean que verán una receta para pizza... Les recomiendo alguna página un poco más técnico. Seamos honestos, la receta de alguien que se quema preparando una ensalada cruda, no parece ser demasiada alentadora.

Desde hace días he estado antojado con preparar pizza. En el supermercado venden unas masas precocidas, que aunque no son de pizza propiamente, son buenos sustitutos. Una salsa a base de ajo, cebollín, demasiada cebolla, un tomate y medio a punto de dañarse, condimentos, y un chorro pasado de agua, es lo que se supone le dará sabor.

Queso rallado encima, unas lonjas de mortadela una lluvia de cebollas en juliana. Al momento de escribir esta entrada, lleva en el horno unos diez minutos. Faltan otros diez para sacarlo, cortarlo y ver lo horrible que me ha quedado.

Desde pequeño he tenido una atracción hacia las pizzas, siendo este mi plato preferido, algo extrañamente raro para mi cultura, pero en cuestión de gustos, se rompen cultos. He probado pizzas buenas, malas, baratas, caras, exóticas, genéricas, e incluso llegamos a pedir una pizza que tardó dos horas en prepararse, en una pizzería profesional que a fin de cuentas nunca probamos.

Listo, ya salió del horno. Lo primero que les recomiendo es que engrasen el molde, pues lo que cociné, forma de pizza no tiene. De sabor está pasable, he probado peores. Sólo por si acaso, la saturaré con salsa picante. Así podré encubrir los rastros de mal cocinero.

1 comentario:

  1. Oooooooooh, qué entrada más cruel (involuntariamente, claro). Aquí son las 4:37 h de la madrugada y desde la hora de comer aún no he probado bocado. Bueno, miento, ahora mismo estoy picoteando algunos frutos secos, que tu post me ha abierto el apetito. La pizza más extraña que he comido: pizza con morcilla (especialidad de mi cuñada). Está asquerosa, pero como a ella le gusta...

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