lunes, 3 de marzo de 2014

Pequeñas obsesiones

Desde pequeño, mi madre y  mi hermano, nueve años mayor que yo, me han inculcado a ser lo más adaptable posible a cualquier entorno. Claro está que no estoy hablando de supervivencia al estilo Discovery Channel, sino simplemente el poder comer lo que sea, como sea y cuando sea, poder dormir bajo cualquier circunstancias (algo que mamá nunca ha podido), y reconocer rápido el ambiente que nos rodea: accesos, puertas de emergencia, como llegar y más importante como huir. Siempre fue algo más psicológico que real. Aún asi pues me ha sido de utilidad, pues aunque gran parte del tiempo laboral la paso en la oficina, las salidas son generalmente planes de los más locos, como siempre, se cumplen los objetivos, mas el plan se arruina ni bien comienza.

Una de las cosas que sí no he podido acostumbrarme, en el sentido de que no me siento para nada cómodo, es a los ratones de tres botones. Es extraño, pero lo más fácil de adaptar me resulta muy incómodo. Desde que por accidente descubrí los ratones de cinco botones, esos dos botones adicionales, se convertían en seis botones programables, que son increíblemente útiles en cualquier programa: desde Autocad, pasando por los offices, los juegos, e inclusive para navegar en internet y carpetas dentro del equipo.

El que estoy usando, se había dañado y sólo por suerte, logré arreglarlo. Estando consciente, que cada segundo de uso es un regalo (a mi los ratones me duran poco más de un año, siempre se le daña la rueda de desplazamiento/zoom). y ya lleva año y medio. Estoy buscando su sustituto, sin ningún éxito. Lo más parecido son los ratones conocidos como "gamers" que parecen más un teclado andante, volviéndose incómodo para usar, pues la idea es la pulsación "instintiva", como si fuese a hacer click o zoom. 

2 comentarios:

  1. Tienes toda la razón: el instinto nos hace desear los objetos a los que nos hemos acostumbrado. Incluso en el tamaño. En el portátil tengo un ratón minúsculo y no me acostumbro cuando tengo que trabajar con él. Me resulta extraño utilizarlo. Y si tengo que trabajar muchas horas, termina doliéndome incluso la muñeca por culpa de la postura extraña. Lo que nunca me acostumbré a utilizar, es el ratón de bola http://www.mercamania.es/a/listado_productos/idx/9999999/mot/Ratones_ergonomicos_con_bola/listado_productos.htm

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  2. Esos no son ratones, ¡Son engendros de ratones! son peores que el touchpad de la laptop. Es mi punto de opinión. Conozco a un dibujante experto que usa trackball con una agilidad instintiva. Le pregunté acerca de como es que llegó a acostumbrarse, y simplemente me dijo que se esforzó un poquito, se acostumbró y ahora no puede dibujar sin él. Menos mal que no es como la fe de contagioso, pues no me imagino usar uno de esos.

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