viernes, 14 de marzo de 2014

Instintos paternales

A mi edad, la mayoría de las personas ya tienen niños mayores de dos años, algunos incluso ya son abuelos. Conviene aclarar que eso es posible, pues si se es padre a los 14, y su hijo también es padre a esa misma edad, pues ahí está el mieto.

Debo confesar que nunca me gustaron los niños, aún cuando yo era uno de ellos. La principal razón, es que ellos pareciera que no hablaban mi mismo idioma en el sentido de que nuestros temas de conversación a menudo no compaginaban. En cambio me sentía más a gusto con los mayores, pues tenían respuesta para todo, y de ellos cualquier cosa se aprende.

Hoy durante una cola interminable en el supermercado, de noche, llevando varias cosas, entre las que no se encontraba lo que me motivo a ir, me doy cuenta que la señora delante de mí, se parecía mucho a una conocida. Me pregunté a mí mismo, que gano con preguntarle si es o no pariente de dicha conocida, y la respuesta era obvia: absolutamente nada. Como siempre la lógica prevalece. sigo guardando silencio mientras veo que la cola no avanza. Luego me percato de que hay una niña de alrededor de cinco años sentado en el carrito de compras, la cual me hace una mueca. Me sentí incómodo. Siempre me siento incómodo cuando un niño me ve. extrañamente la niña entabló conversación conmigo, y yo simplemente empecé a conversar con ella. 

Me preguntó de todo, nombre, hijos, el por qué de la cola, el por qué de mis compras, los ingredientes de una bebida energizante que tenía en mis manos... por un instante quise darle un abrazo, saber que se siente abrazar a un niño, saber como sienten los padres cuando abrazan a sus hijos... Me hizo recordar el cataplum que me di cuando a mi ex le falló la regla (así se le dice a la menstruación) y que nunca le fallaba, el frío que me recorrió la espalda, y la famosa frase de todo padre pillado: "a la ver.. metí la pata". Cuando de susto pasó a intriga y no pude resistir las ganas de comprar una prueba de embarazo. Mi intención, aunque cueste creer, era que diera positivo, pero no. "Seguramente esa prueba no es buena", me dije, así que al día siguiente compré otro. El resultado también fue negativo. Quedé perplejo. 

Una semana después mis sueños de ser padre al fin se... desangraron, literalmente. Desde ese entonces, y al parecer por un buen rato, permaneceré sin saber qué se siente.

1 comentario:

  1. Me ocurrió algo parecido hará dos o tres semanas santas. Un medicamento hizo que se me interrumpiera la menstruación. Pensé que estaba embarazada. Hasta le pusimos nombre al futuro bebé. Por desgracia sólo fue una falsa alarma. ¡Qué decepción!

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