lunes, 21 de julio de 2014

Males necesarios.

Hablar de política siempre trae debates. En Venezuela, hablar de política genera un tema de conversación que puede durar todo un proceso de cedulación, que significa un día entero. Cuando se vive en un país tan polarizado, cualquier posición que se tome, oficialista, opositora o incluso neutral, es tan peligrosa como estar rodeado de serpientes venenosas.

Desde el momento en que Chávez asume el poder, su popularidad generada gracias a su carisma, poder de convocatoria, e incluso por su osadía, lo han mantenido consolidado en el poder, junto con uno que otro artificio jurídico, hasta el día de su muerte. Polémico en exceso, es amado, odiado pero no ignorado.

Durante su mandato muchos hitos se establecieron: bonanza petrolera, obras sociales de gran envergadura como viviendas gratis, asignación de créditos para microempresas, convenios a nivel médico con Cuba, estatización de varias empresas privadas, modificación de la constitución, inferir de manera casi directa que George W. Bush era el diablo, ser callado por el aquel entonces Rey de España, digitalizar los procesos de documentación, lanzamientos de satélites (aunque sea de puro nombre, pues todo el trabajo lo hizo China), incluso el querer convertir el país en una zona radioactiva (quería implementar plantas de energía nucleares!, lo único que le hizo cambiar de parecer fue la tragedia de Japón, si nos explotan en la cara pozos petroleros, ahora no me imagino plantas nucleares).

Cada paso que da, cada decreto que realiza, es cuestionado sin pensar por la Oposición, quien siempre dice que todo lo que hace es una locura, y que a la final sólo quiere los votos. Tal vez sea cierto, pero como buen iluso que soy, prefiero pensar que lo ha hecho porque quería un verdadero cambio para el país. Mucha gente dice que es un burro con traje militar, pero hasta el día de su muerte ningún letrado enchaquetado le ha ganado en las elecciones, y cada paso que da la Oposición, es para él un paso más para afianzarse en el poder. Dicen que su popularidad lo ha ganado a base del dinero del estado, pero hay recordar que su primera campaña electoral lo hizo con medios de transporte prestados, pidiendo aventones, y su única presencia en los medios de comunicación, eran las entrevistas a los candidatos presidenciales realizadas por las televisoras, como desde siempre se ha hecho.

Con lo dicho anteriormente, es necesario aclarar que no soy simpatizante de su causa, aunque tampoco del bando contrario. Pero me atrevo a afirmar, que sin lugar a dudas, es un brillante estratega a nivel político, con muy buenas intenciones en el ámbito social, al menos eso decido creer, y que en la parte económica… Deja mucho de qué desear.

Por ahora sigamos con las contradicciones de la oposición. Siempre me ha gustado criticarlos. Creo que el actual presidente terminará su mandato con un poco más de pena que de gloria, pues no es muy brillante, pero la clase dirigente de la oposición lo es menos, pues con todos los jaques que se ha autoimpuesto, aún no han podido sacarlo del poder. 

Varias medidas económicas se implantaron, cosa que la avaricia venezolana le ha sabido sacar provecho. Una de ellas es la regulación de los precios de los condominios de los centros comerciales; por ello casi todos tienen propaganda en contra argumentando su mal servicio y posible colapso por culpa de esa medida; extrañamente tengo en mis manos dos proyectos grandes de centros comerciales, y eso que se supone que no son rentables.

Otra de ellas es la regulación de precios de las clínicas privadas. Muchas argumentaron su imposibilidad operativa y su inevitable cierre. En este año hay más clínicas nuevas inauguradas que la suma de los tres años anteriores. 

Mal que bien, en este instante son pocos los venezolanos que no tienen hogar. Aún con la escasez de productos de primera necesidad, éstos se consiguen sacrificando tiempo y paciencia, y hay como seguir viviendo. Pienso en la gente que en algún instante lo tenían todo, casa, trabajo, incluso empresa, lujos, y que de la noche a la mañana, pasaron a convertirse en indigentes, sólo porque inescrupulosos, decidieron aumentar sus cifras bancarias a costillas de los demás, sin importarles absolutamente nada.

2 comentarios:

  1. Desde fuera de un país, es complicado comprender las decisiones de los ciudadanos. En España se decía que Chávez tenía tanto éxito porque monopolizaba los espacios públicos, sobre todo la televisión. Se aseguraba que había conseguido cerrar todas las televisiones que se atrevían a censurarlo de alguna forma. Pero desde fuera, es complicado comprender.

    En España lo tenemos peor: nos gobiernan un puñado de inútiles que sólo buscan enriquecerse y que, además, no tienen carisma.

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    1. En realidad nuestras realidades a nivel político son muy similares. Tras la muerte de Chávez, el oficialismo ha perdido toda la carisma que el difunto presidente irradiaba; al mando de los poderes está la misma cuerda de ineptos sinvergüenzas; la oposición, quienes suponen son doctores, magisters, phds y similares, no se ponen de acuerdo entre ellos y mucho menos con el problema real del país, y que unidos a su mala fama de vendepatrias no logran absolutamente nada.

      De mi parte, sigo mi vida hippie. Cumplo mi trabajo lo mejor posible, hago mis largas colas por comprar comida, deleito mis ojos con cualquier hermosura de la evolución, y ahora que al fin hay internet, publicar lo escrito, y responder lo que debí haber hecho hace mucho.

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