lunes, 21 de julio de 2014

Los villanos de la historia

Gracias a las redes sociales, publicar algo a través de ella exige un alto grado de madurez, para considerar lo que se está publicando, sin errores ortográficos, gramaticales, cuidando la sensibilidad de los seguidores, y no cometer burradas tipo “dos chinas”, declaraciones tipo “Hitler fue un héroe”, o fotos “en la playa” habiendo pedido permiso por enfermedad. Las consecuencias pueden llegar a tales puntos, que la vida social virtual es brutalmente “asesinada” por “aplastamiento”, o algo peor.

Aun así, me arriesgaré a ver las cosas desde otro enfoque. Las atrocidades que cometieron son innegables, personajes como Hitler, Atila, Stalin, Gengis Khan, no son conocidos precisamente por ser “ositos cariñosos” o “panes de dios”. A pesar de ellos, lo extraño es como esa primitiva ambición de poder, pueda llamar a tantos seguidores, en aquel entoences, a cumplirles los sueños aún a costa de sus propias vidas.

Empecemos por Hitler. Se le atribuye el holocausto, más las millones de muertes por la conquista de Europa, todo por ambición. De dónde tanta habilidad administrativa, para convertir una Alemania derrotada y endeudada luego de la primera guerra mundial, en una potencia militar que logró conquistar casi toda Europa? De dónde tantos soldados, para luchar contra un continente completo? Si ese don administrativo y carisma para convocatoria se hubiese usado para algo bueno, tal vez el mundo fuese diferente hoy en día.

Atila, el mismo que puso a temblar al imperio romano. De tácticas reconocidas como las más crueles, arrasaba todo por donde pasaba. Un huracán es menos destructivo que su ejército. No eran más que bárbaros, decían los romanos. Cómo es que un hombre que lidera bárbaros, pudo luchar contra el ejército romano y ponerlos a temblar? más aún, hacerles pagar tributo! De Gengis no quiero hablar, pues eventualmente llegaría a lo mismo.

Espero que la humanidad no tenga que revivir esas épocas.

2 comentarios:

  1. Es fácil ser buen administrador si robas a tus propios ciudadanos para contribuir al mantenimiento del ejército (lo digo por Hitler -hace poco vi un documental donde se hablaba de este tema: el patrimonio de los judíos pasó, principalmente, a las arcas del gobierno-). Paradójico: los propios judíos pagaron las cámaras de gas que los mataron; como hoy día, en China, los ajusticiados a muerte deben pagar la bala que los matará. Sistema que parece más humanitario que la inyección letal que utilizan los norteamericanos. Ayer venía en el periódico que habían tardado dos horas en matar a un reo.

    Me gusta la perspectiva que has tomado de en esta entrada. Nunca he discurrido sobre este punto, a pesar del documental que vi.

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    1. En eso tienes razón, es fácil saquear y administrar lo saqueado. Sin embargo, hay que ver cómo es posible que una sola persona pueda dominar sobre las masas, para que esta cumpla tus caprichos. Cualquiera de sus generales podría haberle clavado una bala en la cabeza, total estarían dispuestos morir por su patria, pero aún así nadie lo hizo.

      Respecto a la pena de muerte, siempre he estado en contra. Desde el punto de vista moral, nadie tiene derecho a quitarle la vida a otro; desde el punto de vista estratégico, se desperdician años de manutención y formación (asumiendo que para merecer la pena de muerte debe ser adulto); y desde el punto de vista de la justicia, al menos la mía y no la legal de cada nación, país o conglomerado, una muerte es una retribución injusta a todo el daño que haya causado, sea cual fuese su falta. Y también estoy en contra del encarcelamiento y más de las cadenas perpetuas. Es algo aún más ilógico que la pena de muerte. De algo estoy muy claro, y es que deben pagar su falta. Muertos o encerrados no lo harán.

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