miércoles, 24 de diciembre de 2025

Tradiciones navideñas.

Aunque ciertamente estoy muy venezolanizado, ser criado en una familia de chinos, pasma el espíritu navideño a niveles cercanos a cero, si lo ponemos en una escala del uno al cien. 

Tras ese conectar venezolano, sentir ese ambiente familiar, disfrutar de las cosas bonitas propias de estas fechas, las he reinterpretado a mi muy subjetiva conveniencia. 

Y como es? Les hablaría desde la primera que es 2020. Empiezo aquí porque antes, estando en familia, venezolana por cierto y con un toque español, pues era como ellos dicen. Ese 2020.no lo pasé solo. Estuve muy bien acompañado, no era mi familia. Pero era algo más. Les agradezco haberme acogido en su regazo, permitirme saber que en efecto, no hace falta mucho para ser feliz, que un arroz con huevo frito y salsa de tomate hecho con amor, vale más que un pan de jamón hecho con ego. 

21, 22, y 23. Esos tres años si que fueron en solitario. Nada más bueno que empezar calentandome las manos (por favor, no pregunten, sé que estando en Maracaibo no hace falta calentar las manos, pero digamos que hay cosas que crecen con el calor, ejemplo el pan), y luego, tras perder el tiempo frente a la PC o al celular, disfrutar de una ciudad solitaria. La cena es lo que haya disponible, a veces un poco mas... Dedicado, pero poco más . Que no falte pan de jamón, porque siempre hay donde comprarlo. 

2024? No pudo ser más bonito. Me reservo los detalles. 

2025. Aquí estoy, bajo el cielo, frente a la luna. Reunido en familia, pero en solitario. Sonriendo forzadamente cuando me preguntan si extrañaba una navidad así. Así como? Ignorado? Ninguneado, sin contacto físico? En dónde ni puedo abrazar a mi piojito, en dónde prefiero salir a aguantar frío y escribir esta entrada? 

El frío me recuerda que quiero abrazos, me recuerda que quiero un café caliente hecho con amor, compartirlo. Me recuerda que hay gente que quiere lo mismo, que darían su alma para abrazar a sus seres queridos, sus amados, a sus sueños, a esa persona que tanto le importa.

Toca volver a la realidad, secarse las lágrimas, ver como calentarse las manos (ahora sí literalmente porque no las siento del frío, ni sé cómo estoy tecleando), sonreir para las fotos. 

Feliz navidad para todos, en especial para quienes lean esta entrada. Este chino solitario, les envía un gran beso, un café caliente que quema, un gran abrazo que parte costillas y mi forma de expresarles un gran amor puro y sincero, nada cochambroso que estamos en época de sembrina. 

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