miércoles, 12 de febrero de 2025

Reflexiones de una mente caótica.

Dinero, yo, otros.

Vi un video bastante interesante, donde el actual presidente argentino (no sabría decirle si fue antes o después de serlo) comentó: Hay cuatro formas de gastar el dinero:

1) Gastar el dinero de uno mismo en ti mismo: intentas maximizar la relación beneficio/costo. Yo en particular, procuro efectivamente gastarme lo necesario, pero también de darme algún gustico de vez en cuando.

2) Gastar el dinero de uno mismo en otros: minimizas el costo. Yo en particular soy tacaño. Sin embargo, cuando comparto, lo hago bajo los mismos criterios y preceptos que si fuera yo, a partes iguales. Así que, técnicamente gasto el dinero en otros igual maximizando beneficio/costo.

3) Gastar el  dinero de otros en uno mismo: Maximizas el beneficio. Creo que pocas veces me ha tocado, todas relacionadas a gastos para viajes de trabajo. En lo personal, igual procuro también maximizar la relación beneficio/costo, pues no me sale despilfarrar lo que no es mío.

4) Gastar el dinero de otros en otros: Que bien que no me ha tocado. O quizás sí y no recuerde. Si llegó a pasar, pues sigo instrucciones al pie de la letra.

Resumidas cuentas: soy una anomalía. Una persona demasiada plana, jajaja.

Yo soy Palermo? no soy Berlin?

ya hace dos meses que vi la serie la casa de papel y aún me sigue dando vueltas en la cabeza. Está claro que para mí, Berlín es un personaje que admiro, alguien a quien señalaría y diría: "de grande quiero ser como él", porque obviamente no soy como él. Palermo, si bien fue un muy buen sustituto de Berlín en el segundo atraco, es un personaje muy distinto pero con el que no me identificaba. Corrijo: el que no admiraba.

Ahora que de vez en cuando veo los shorts de youtube, me estoy dando cuenta que me le parezco; con las diferencias pertinentes: primero no soy homosexual. Y si lo llego a ser, no quiero saberlo. Por otra lado su falta de empatía, mostrado a lo largo de casi toda la serie. Digo casí, porque había una escena que no había detallado hasta hace poco y que me pone las barbas en remojo: su amor era Berlín; su muerte lo destrozó y lo volvió el monstruo que vimos en toda la serie. Me inquieta saber que me le parezco más de lo que esperaba. Su forma de hablar, de ver la vida, tiene más concordancias con los míos, que los de Berlín con los míos. Súmale a que Palermo y yo admiramos a la misma persona y ya me dirás el por qué debo, al menos, inquietarme un poco. 

Ya fuera de las tonterías, de ambos personajes hay muchas cosas rescatables como también repudiables. De tantas cosas, me quedo con la visión de Berlin respecto al tiempo y a la justicia; me quedo también con lo último que le dijo Palermo a Helsinski: “Lo siento. Yo soy el responsable directo de toda esta mierda, no calculé el dolor que te iba a generar, lo siento mucho. El dolor es usurero: contraes una deuda con él, no la pagas nunca más. si no deja atrás ese dolor corres el riesgo de convertirte en este monstruo miserable que soy, un tipo que arruina todo lo que toca, alguien que busca morirse desde hace muchos años. Estoy a tu lado y no te dejaré caer". 

Perdón por el copy&paste anterior, pero eso tenía que ser textual, porque sólo así se siente ese momento tan emotivo. Me recuerda la mirada de ira y de rabia de helsinski, y me recuerda la epifanía que estaba frente a Palermo.

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