Muchas son los conceptos aplicados a este término. Algunos haciéndolo sinónimo de la teoría del caos: datos de entradas similares con resultados de lo más variado y no compatibles; otros lo asocian con hechos insignificantes que hubieran podido alterar la historia completa.
Yo acabo, en menos de dos días, sufrir el último caso: hechos o mejor dichos omisiones insignificantes que se volvieron un tormento. Seguramente estoy exagerando, pero se entiende el concepto.
Doy por sentado que la tarjeta de débito siempre está en la cartera, solo que la última vez, no recuerdo el por qué, no lo guardé en la cartera sino en el bolsillo pequeño del morral. Un pequeño hecho que me dejó a dos horas de caminata de la casa y sin poder sacar efectivo de un cajero.
Ayer, algo similar: mis llaves siempre cuelgan de mi jean; para salir de la casa, hace falta las llaves para abrir la puerta. Resulta que la puerta la dejé abierta, las llaves las descolgué del jean. Y me doy cuenta que cierro la puerta por fuera sin la allá es ni en mis manos ni en mi jean: quedaron dentro de la casa!
Nada que no se pueda resolver con una llamada, un comodín y un poco de habilidad. Me doy cuenta que hay varias fallas en mis rutinas: toca normalizarlas para no sufrir de nuevo consecuencias de este tipo.
Yo acabo, en menos de dos días, sufrir el último caso: hechos o mejor dichos omisiones insignificantes que se volvieron un tormento. Seguramente estoy exagerando, pero se entiende el concepto.
Doy por sentado que la tarjeta de débito siempre está en la cartera, solo que la última vez, no recuerdo el por qué, no lo guardé en la cartera sino en el bolsillo pequeño del morral. Un pequeño hecho que me dejó a dos horas de caminata de la casa y sin poder sacar efectivo de un cajero.
Ayer, algo similar: mis llaves siempre cuelgan de mi jean; para salir de la casa, hace falta las llaves para abrir la puerta. Resulta que la puerta la dejé abierta, las llaves las descolgué del jean. Y me doy cuenta que cierro la puerta por fuera sin la allá es ni en mis manos ni en mi jean: quedaron dentro de la casa!
Nada que no se pueda resolver con una llamada, un comodín y un poco de habilidad. Me doy cuenta que hay varias fallas en mis rutinas: toca normalizarlas para no sufrir de nuevo consecuencias de este tipo.
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