sábado, 30 de julio de 2022

Un dia oscuro

 No es literal. Estando en Maracaibo, una ciudad donde el protagonista es el sol, sin una sola nube en el cielo, la oscuridad literal estará absolutamente espantada hasta que caiga la noche, que también estará lejos.

No ocurre lo mismo con mi estado de ánimo. Estoy plenamente consciente que hay mucho por agradecer, mucho por lo que seguir luchando, mucho trabajo por cumplir, muchas sueños por los cual levantarse y pelear. Sin embargo, hoy, siento que la vida no vale la pena, siento que estoy absolutamente sólo, desvalido, listo para sumirme en la oscuridad.

Sigo aquí, me levanto y tomo la bicicleta para ir sin rumbo a no sé donde. Llego a una venta de quesos, buscando algo que me alegre, pero casualmente se agotó. Nuevamente vago sin rumbo y llego hasta la pizzería donde espero que, aprovechando que tengo para darme ese gustazo, comerme una pizza que me ilumine lo que queda de día. Esta pizzería me trae buenos recuerdos, junto con las aventuras y desventuras que tuve junto a una compañera de trabajo, que por todo lo que hemos pasado, nos hemos convertidos en prácticamente hermanos.

Extraño a mi bebé, convertido ya en todo un niño. Ese debería ser un gran motivo para despertarme, y luchar por poder reunirnos nuevamente, pues separados por todo un océano, ciertamente hay que hacer algo más que solo rezar y esperar un milagro. Aun así, hoy despierto sin realmente querer hacerlo.

Comerme la pizza, debo confesar, me alegró un poco. Pero fue solo algo muy temporal, que duro mientras masticaba. Tras empacar lo que quedó, subo nuevamente en mi bicicleta a pedalear sin rumbo. Por inercia, emprendo mi vuelta a casa, casi en piloto automático, sin ganas de regresar, sin ganas de enfrentar la realidad. 

En el camino, me topo con una pareja de ciclistas. Me animo a seguirles en su camino alejándose de mi casa. Epifanico fue cuando vi que llegamos a una sociedad de alcohólicos anónimos. No es que sea ebrio, pero si tengo una adicción, una que posiblemente me esté causando este sentimiento tan oscuro, tan negativo. Algo que mi mamá, en paz descanse, acuñó su término: "romper la cordura del corazón". Algo parecido al capítulo de los simpsons donde bart pierde la habilidad de reír, aunque por motivos distintos al mío.

Espero algún día volver a leer esto y reirme, incluso poder burlarme de mi mismo, por ser tan inútil que no puedo siquiera salir de este círculo vicioso. Quiero tener la certeza de poder reunirme con los dos seres que mas amo en este mundo, refiriéndome a tener fecha para ello. Hoy me acuesto, sin una risa en mi rostro, sin un camino claro frente de mi y aun peor, sin ganas de caminarlo. 




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