sábado, 31 de mayo de 2014

Fisura en la omnisciencia.

Con el permiso de Microsoft, la religión cristiana, bk, y a quien más pueda afectar.

Acto I: Brinco deslitemporal.

Despierto con una terrible jaqueca. Al abrir los ojos, veo a la doctora Marie. “¿Hasta cuando me van a inyectar información en la cabeza? No es que no quiera, pero despertar con un dolor de cabeza del tamaño de una cachapa de Maracaibo no es muy divertido que se diga”, grito mientras intento orientarme dentro de la sala que me parece dar vueltas sin parar.

“No es mi culpa, las instrucciones las carga beka, yo sólo las ejecuto” me dice Marie soltando una carcajada. “ya voy a formarle su jaleo, para que me deje tranquilo” respondo mientras me coloco el uniforme. De repente, ocurre una sacudida violenta y prolongada, que casi lanza a Marie al suelo. Mis reflejos aumentados, gracias al proyecto Spartan V, me permitieron alcanzarla en el aire, antes de que se golpeara con el suelo.

Marie me mira sonriente “me alegra haberte despertado, sino me hubiera comido el suelo”, comenta. En respuesta le digo: “dale gracias al equipo que me encontró, estar congelado por casi quinientos años, y que de ñapa me hayan hecho esto, es algo un poco más que suerte”.

La dejo de pie y corro a toda prisa al puente. Si bien la Serenity no es ni la mitad de lo que es la Infinity, para que dé un sacudón tan grande, o es un impacto con un megacañón o es que nos llevamos por delante alguna nave. Llego al puente. Tras abrir las compuertas veo al Capitán Guille frunciendo el ceño. Beka, linda como siempre, se ve pensativa en el holotanque. “Capitán, la salida del desliespacio está completado. Las coordenadas corresponden al destino previsto, pero no hay señales de las estacione orbitales de la tierra” – “Beka, ¿cómo es posible que las estaciones orbitales no aparezcan, si antes del salto aún teníamos comunicación con ellas? Tú misma pediste la autorización para nuestro repostaje” – “Lo sé Capitán”. Los ojos de Beka se tornan hacía mí, sonriendo me dice: “Bello durmiente ¿qué tal tu siesta?” – “Bueno, gracias a ti, la siesta estuvo bien, pero el despertar… por cierto, ¿y el sacudón de ahorita? Fue un salto al desliespacio o más bien una abarrancada al desliespacio” – “Es lo que estamos analizando.”

Miro la pantalla gigantesca frente a mí, veo la Tierra, azulada, inocente. Jamás creí poder contemplarla desde el espacio exterior, que era algo exclusivo de los astronautas. Ahora, es algo tan cotidiano como comer y dormir. Vuelvo mi mirada al holotanque, “Beka, ¿es mi imaginación o la Tierra está “menos gris” que de lo que recuerdo?” El Capitán Guille mira la pantalla con detenimiento, se percata de lo mismo. “Beka, revisa si hay transmisiones desde la Tierra, también haz un escaneo de la superficie. Ubica los atracaderos y pídeles autorización para repostaje.” – “En seguida, Capitán. Capitán, no detecto transmisión alguna Los atracaderos… véalo usted mismo”. Aún me cuesta entender como una inteligencia artificial puede adoptar forma holográfica humana, y más aún hablar como humana, reír, bromear, mientras está conectada a todas las funciones de una nave, del tamaño de una ciudad que alberga más de mil personas.

En la pantalla sólo se ve… naturaleza. Desiertos, praderas, océanos. En las ubicaciones donde se suponen están los atracaderos, sólo hay naturaleza. Digo en tono bromista: “ja, creo que aparte de saltar al desliespacio, saltamos hacia el pasado. Ahora sólo falta que nos consigamos con romanos”. El Capitán Guille, frunciendo aún más el ceño, dice: “Ltenio, eres más viejo que la sumatoria de las edades de los que están en el puente, compórtate” – “haber dormido por casi quinientos años otorga un muy buen sentido de humor. Además, estamos en el lugar correcto, pero no hay nada que nos resulte familiar. Eso sólo significa que estamos en el momento incorrecto. Beka, ¿podrías ubicar el cerro donde se supone crucificaron a Jesús?” El Capitán Guille, se pone la mano en la cara. “Beka, creo que la terapia de conocimiento le está afectando el juicio, Deberías considerar suspender el tratamiento” – “Capitán, acabo de hacer lo que sugirió Ltenio, y… esto le parecerá interesante”.

En pantalla se ven tres astas, cada una con un ser humano colgado. El Capitán no acaba de salir de su asombro. “Esto… ¿Es posible? Bueno, qué más da. Ltenio, toma un pelican, llévate a tres Spartans más y rescata a… Jesús.” – “¿Qué? Eso lo harían hasta los cadetes aspirantes a marines, ¿va a enviar a cuatro Spartans a luchar contra… unos romanos con escudos y espadas?” – “Sí. ¿Algún problema con la orden?” – “No, son solos unos romanos con escudos y espadas. Los derrotaría aún con mis antaños 1,69 metros de estatura, miopía, y cálculos renales incluidos”. Miro a Beka, y le digo con un tono de vacile: “¿me acompañarías en este paseo? Será divertido.” – “Lo haría si tuviese cuerpo y si no tuviese la responsabilidad de todo una nave, lo cual te incluye a ti, soldado. Rescátalo y tráelo a la nave para su posterior examinación. ¿Está de acuerdo con esa orden, Capitán?” – “Claro que sí. Ltenio te encomiendo la alteración de toda una línea temporal”.

Acto II: Rescatando al Mesías.

“Tres minutos para aterrizaje. Prepárense a Salir”, indica el piloto a través de los altavoces del pelican. “Muy bien, compadres. Este es el plan. Al descender Lucho y Jorge se encargarán de intimidar. Tiros al aire, empujen con fuerza a los soldados. No quiero muertos, no es que no provoque. Sofi, tú y yo bajaremos la cruz, lo desataremos y le aplicas los primeros auxilios. Lo estabilizamos, lo subimos al pelican y regresamos a casa. Este traje me provoca claustrofobia”

El pelican toda tierra. Lucho y Jorge disparan sus fusiles al aire. Lucho toma a uno de los soldados romanos y lo arroja a metros de distancia, como si de un balón se tratara. Otro soldado desenvaina su espada y lo agita contra Jorge, quien atrapa la espada en el aire, se lo arrebata como un dulce a un niño, y lo pone justo frente al soldado. “corre, si es que quiere vivir”, dice a través de los altavoces de su traje. El soldado corrió como si hubiera visto un demonio. “situación controlada, Ltenio”, dice Lucho desde su intercomunicador.

Mientras tanto he levantado la cruz del agujero del que estaba anclado. Para un Spartan es una simple tarea, que para cualquier humano es algo imposible. Lo dejo caer lentamente hacia atrás, en donde Sofi espera para amortiguar la caída. Sacamos los clavos que sujetaban el cuerpo moribundo a la cruz. Sofi abrió el maletín de primeros auxilios, y empezó con su aplicación. “Ltenio, ayúdame a levantarlo. Debemos cicatrizar sus heridas con bioespuma, para evitar desangramiento e infección”, dice mientras agita el spray, del tamaño de un extintor. En un abrir y cerrar de ojos, el cuerpo sangriento estaba cubierta de espuma blanca. Con la destreza propia de un médico veterano, Sofi, coloca los medidores de signos vitales. “Veamos. Deshidratación, desnutrición, ritmo cardiaco por debajo de lo normal”, murmura mientras le coloca unas tres inyecciones. Mientras tanto, despliego la camilla. “¿Ya está estabilizado?” – “Sí, sobrevivirá sin problemas el viaje de regreso a la Serenity”.

Acto III: Preguntas sin respuestas.

“Guille, nuestro invitado ha despertado. ¿Quieres ir a verlo?”, le dice Beka al capitán. Ambos no se han percatado de mi presencia, pues hace unos días descubrí que en la sala descanso hay un punto muerto donde los sensores de la nave no alcanzan a cubrir, convirtiéndolo en mi lugar preferido para cuando no quiero que me molesten, sobre todo cuando quieren averiguar, a través de mí, la vida en el siglo XXI.  Desde que conocí al Capitán y a Beka, he notado que siempre están juntos, y de vez en cuando se ven con una mirada pícara. Tal vez Beka sea una copia digital de la red neuronal de la esposa del Capitán, o simplemente soy yo imaginándome cosas. Son pocas las Inteligencias artificiales hechas a base de cerebros humanos, de hecho sólo una, Cortana, la que fue acompañante del Jefe Maestro, es la que aparece oficialmente registrada.

El capitán abandona la sala, mientras la imagen de Beka se desvanece del holotanque. Cuando me dispongo a abandonar la sala, reaparece la imagen de Beka, reclamándome: “Ltenio, ¡sabes que es de muy mala educación espiar a las personas!” – “En mi defensa diré que primero estaba yo antes que ustedes en la sala, además no espiaba, ¡ni sabía que estaban ustedes aquí!” – “mientes peor que una IA recién creada. Menos mal que llevas casco de combate en batalla, porque si no, no engañarías ni a un grunt.” – “Está bien. Me disculpo. ¿Me perdonas si te llevo de paseo en la próxima misión?” – “¿Nunca has tenido suerte con las chicas verdad? Luego te enseño algunas técnicas para que puedas ligar, ¿Te parece? Esto es el colmo, una IA le dará clases a un humano sobre como ligar.” – “Para tu información siempre tengo suerte, ¡la suerte de que me rechacen siempre!” exclamo con una sonrisa forzada.

Me dirijo a la enfermería, en donde se encuentra… es extraño nombrarlo de manera tan… ¿Jesús? ¿Maestro? ¿Mesías? Intento encontrar el sustantivo adecuado para el momento en que me dirija ante él. Fracaso humillantemente en mi búsqueda.

“¿Qué es lo que han hecho? Han alterado la voluntad de mi padre, No era ni el modo ni la forma yo había visto el desenlace, y no era este.” Exclama nuestro invitado sosteniendo su cabeza con su mano mientras la agita. El Capitán le pregunta: “Lo hecho, hecho está. Ahora está en la Serenity, y debo suponer que su omnisciencia ya le habrá dicho qué es, quien soy, y qué es lo que quiero.”

“La sabiduría de mi padre es infinita. El hijo del hombre está limitado por el peso de la carne. Veo lo que tú llamas Serenity, pero no comprendo lo que es. Sé quién eres, pero no deberías estar aquí, no en este momento. Y sé que es lo que quieres, pero no tengo la respuesta a esa pregunta.”

Esas palabras fueron como lanza al corazón para todos los presente en la enfermería. Mientras miro a Beka, exclamo: “una fisura en la omnisciencia. Y nosotros nos colamos por ahí. Ahora vamos a ver cómo llegamos a casa a tiempo.” Beka me mira, y con una sonrisa sarcástica en su rostro: “Ya estamos en casa, sólo que llegamos demasiado temprano, incluso para el desayuno”.

Acto IV: Despachando al invitado.

Estoy acostado en mi camarote. Mi limitada y estrechamente mente sólo quiere volver a una época donde pueda sentirme cómodo. Puede ser el siglo XXI, puede ser después del año 2553, año en el que culminó la guerra humano – covenant. Pero no este.

“Beka, ¿estás ahí?” digo en voz baja, La imagen de Beka aparece en el holotanque enseguida. “Estoy conectada a la nave, y tengo acceso a todos los sensores disponibles y funcionales. Así que siempre estaré presente en toda la nave en todo momento.” – “Tienes razón. ¿Ya consiguieron como regresar al tiempo correcto? Qué harán con… ya sabes quién” – “Los cerebritos aún no consiguen la forma de hacerlo. He analizado toda la información disponible, incluyendo la información obtenida por Cortana de los forerunners, de los floods e incluso de los covenant, pero no hay registro alguno sobre viajes en el tiempo. Así que podría congelar a todos por unos 2561 años, para que despierten en el año correcto. No te asustes, es broma. Ya encontraremos la solución. Respecto a Jesús de Nazareth, el Capitán Guille aún no ha decidido qué hacer. Yo en lo personal le practicaría una autopsia para encontrar lo que lo hace diferente al resto de los humanos, pues según la Doctora Marie, fisiológicamente es un ser humano común y corriente. Y tú, ¿qué harías?”

Esa pregunta me dejó pensativo. Pero mi cabeza está en blanco. Quizás sea el hambre que ha llegado como salida de santos, lleno de sonidos. “No lo sé Beka, pero se me antoja en este instante una bomba estomacal” – “¿Pizza casera con salsa mal hecha, mortadela, mango y aceitunas mal picadas? Puedes dirigirte al comedor que ya la están preparando. Me tomé la libertad de pedirte un batido de mango con leche de soya y azúcar. Mientras tanto respóndeme, ¿Qué harías?” – “Aún no lo sé, quizás me ayude a tener una respuesta si sales a dar un paseo conmigo” – “¿Tú no entiendes el desprecio, verdad?” – “Lo entiendo perfectamente, sólo que no le hago caso. Y ya que insistes. Nada más simple que devolverlo al palacio de Pilatos, amenazar a Pilatos para que lo vuelva a enjuiciar en público, y que la historia se termine de desarrollar como siempre la hemos conocido, si nuestro invitado tuviese la respuesta sobre cómo regresar a casa, te aseguro que pensaría otra cosa”.


¿Fin? Tal vez. Aunque debería darle un desenlace digno a nuestro visitante.

Escapes y espacios a mil por hora.

Un colega, me comentó acerca de unos verdugos (expertos) en autocad, principalmente por su velocidad para dibujar. Ellos usaban su mano izquierda exclusivamente para teclear comandos, los cuales estaban concentrados en el cuadrante izquierdo del teclado, y a una o dos teclas, mientras que la mano derecha… para el ratón claro está. (los puntos suspensivos son para mantener atentos a los mal pensados). Ello. gracias al comando ALIASEDIT. Aunque no llego a ese nivel de extremismo, si puedo decir, que el ratón lo uso exclusivamente para hacer clic sobre la pantalla y no sobre comandos.

Una de las mañas que siempre he tenido en el uso de autocad, es que no le quito el dedo a la tecla ESC (escape) y siempre que termino de dibujar un orden, lo presiono, incluso dos o tres veces seguidas. La otra, es mover el plano con excesiva frecuencia con el botón del medio, mientras hago zoom in y zoom out con la rueda. Ojala que eso no sea un pecado, porque de lo contrario, tendría que irme a confesarme diariamente, todos los días. (ya sé que está mal dicho, pero estoy imitando al mismo político que dijo sobre la isla rodeada de agua).

Lo que nos mantiene con vida, nos matará

El manto de responsabilidad. Una filosofía ficticia propia de una historia de videojuegos un poco más fantaseoso que estar en el año 2557. En pocas palabras, es el poder que tiene una raza en particular para ser los jueces y protectores de la vida de toda la galaxia conocida, en donde se vigila con una mirada objetiva la evolución de las especies, mantener su equilibrio, y proteger la galaxia, de manera justa, imparcial y sin abusos. Seguir esa filosofía les costó la extinción a esa especie, que gracias a Dios no eran los humanos, aunque tampoco salieron muy bien librados en esa historia.
De vuelta a la realidad, más allá de nuestras leyes, nuestros valores sociales más primitivos, tales como responsabilidad, amor, humildad, sacrificio, comunión, convivencia; actos como proteger, compartir, dedicar, servir, luchan constantemente contra sus contra-partes, propias del instinto primitivo, animal del cual jamás escaparemos: violencia, odio, venganza, avaricia, codicia, actos como mentir, negar, odiar. Esos valores sociales, que nos son inculcados, nos han mantenido vivos como especie social, han permitido que superpoblemos el planeta, y actualmente amenaza con destruir el mundo que conocemos, gracias a nuestro afán de superponer nuestras necesidades de supervivencia antes que el de la madre naturaleza.

Qué debemos hacer? seguir con nuestros valores, tal cual fueran el manto de responsabilidad y terminar de cometer el pecado de condenar a nuestros futuros descendientes? o empezar a seguir nuestros instintos animales, convirtiendo al mundo que conocemos en un caos absoluto, amenazando nuestra existencias individuales, e incluso las generaciones futuras. 

Veamos las cosas que son obvias. Seguimos como vamos, nuestra especie se extingue, junto a todo el planeta. nos volvemos simples animales, la sociedad se extingue, como especie estamos amenazados, lo cual no significa que nos extingamos, es sólo una posibilidad. De vez en cuando odio aplicar la lógica y conseguirme con el resultado correcto. Mientras tanto sigamos dibujando planos de tuberías en Autocad, mientras espero la orden para reseleccionar los equipos. Me gusta el sábado. Te permite la imaginación... volar, aunque sea por culpa del café y el cansancio.

Lo que nos está matando nos mantiene con vida

El sol. Aquel astro, cuyo belleza queda eclipsada por su grandeza y brillantez, al menos desde nuestro limitada percepción. Tan grande y basto, lleno de energía que a nuestro parecer se vuelve infinita. Cuyo poder es tal que es capaz de destruir a todo ser viviente que lo toque, pero que es tan benigno que ilumina la oscuridad del espacio, brinda calor al frío invierno y aún así, nos permite el descanso durante la noche acompañada de su hija la bella luna.

Poética introducción. Sentir el calor del sol, cuando se está a temperaturas cercanas a 0C, ser acariciado por sus rayos, sentir sus dedos deslizarse por nuestro rostro, sentir su benevolencia en las manos, es una experiencia celestial, es sentir la presencia de Dios acobijándonos del inescrupuloso frío que acecha desde todas direcciones. Damos gracias a aquella obra divina, que nos colma de calor y luz, que nos brinda esperanzas para seguir y luchar contra el día a día, lleno de dificultades a superar, o morir en el intento, sabiendo que dimos digna batalla.

Ese, en definitiva no es mi caso. Cuando se vive en una ciudad donde la humedad relativa está por encima de 60%, que de nada alcanza el 80%, una temperatura medible por encima de 32C, trayendo como consecuencia una sensación térmica de más de 45C, lo único que provoca es estar dentro de un cuarto con aire acondicionado a 20C. Si a eso le sumamos que estás dentro de un cuatro latas con ruedas (es un cuatro latas del año 197 y verg... sin aire acondicionado, sin tapicería, sin dignidad) como un simple pasajero de transporte declarado patrimonio cultural, en el mediodía, en un tráfico que no permite una buena convección forzada, y un sol cual romano azotando al que crucificará, lo último que piensas es en lo bondadoso que es, al ser como es.

Durante el viaje, el chofer, más sudado que un pollo al vapor, lanza una blasfemia en voz alta, que haría persignarse a cualquier devoto, el cual termina con la palabra "sol". Cierro mis ojos, y recuerdo el documental "qué pasaría si... nos alejamos del sol". El descenso de temperatura a niveles criogénicos, la esterilidad en la superficie terrestre, océanos congelados, licuefacción de la atmósfera, bombardeo de basura espacial, lo que la humanidad debe hacer para sobrevivir, si es que sobrevive, el futuro de sus descendientes.. pienso en voz alta: "lo que nos está matando, nos mantiene con vida". Abro los ojos como aquel que ha tenido una epifanía. El chofer mira la sombra proyectada en el suelo de un edificio, y dice en un tono de voz, como queriendo disculpándose con Dios: "Tenéis razón, pero es que la calor no se aguanta chamo".

sábado, 17 de mayo de 2014

Una semana de pensamientos sin cuajar

Desde el domingo pasado, tengo rondando en mi cabeza un montonal de cosas plasmables. La primera de ella fue sobre como sería que unos viajeros en el tiempo por accidente, llegaran por accidente justo en el momento en el que Jesús es crucificado, en una nave espacial del tamaño de una ciudad y como se saben de memoria ese pasaje bíblico, deciden salvar al crucificado, inyectándole morfina, cicatrizando las heridas con bioespuma, mientras le suministran una dosis de coctel multivitamínico, todo lo mencionado cortesía del juego HALO de microsoft. Todo eso lo imaginé, mientras veía una de las tantas películas de semana santa, si ya sé que un poco atrasado, y fue exclusivamente por obligación. Y después dicen que las mujeres no tiene poder sobre nosotros.

Lo otro, es incluir una página propiamente, más que una entrada, para expresar mis técnicas que combinan el uso de excel, autocad, y de vez en cuando word, para hacer más fácil la parte de "cantar y coser" de los proyecto, para así dedicar más tiempo a lo que en verdad importa, que es proyectar, diseñar y calcular.

Lo otro, era sobre las tablas dinámicas de excel, que no fue hasta hace poco que supe sacarle provecho, no sé si por lo amigable de la versión 2013 o porque nunca tuve la idea clara de su uso. El comando BUSCAR y REEMPLAZAR, en Excel, Word, Autocad, (incluyendo la selección de objetos).

Bueno, supongo que la culminación de un proyecto, y que te lancen otros tres sobre la mesa, (y uno deseoso de agarrarlos y esplayarlos, sin contar que gracias a los cortes eléctricos el internet hogareño se  haya esfumado) dejan grandes pensamientos sin nada escrito.

Por cierto, ya se me habrá enfriado la comida, que será el desayuno y alrmuerzo, preparado con mucho esmero con sobras de hace tres días. Es todo un arte volver lo in-apetecible en un manjar. Nada que un cuchillo, salsas caseras, y mucho llama en la hornilla no resuelvan: Espagueti con carne salteada al ajillo.

jueves, 8 de mayo de 2014

El primo de Mambrú

Había una vez, un gato llamado picky, primo de otro gato conocido como Mambrú, nacido dentro de la realeza británica. Pelaje blanco como la nieve, ojos azules como el cielo de mediodía, la actitud apática propia de un integrante de la realeza. Buena comida, mismos, cuidados y atención no faltaban ni un sólo instante, Aún así el palacio era un mundo muy pequeño, algo que ni los mimos, ni la comida compensaban. Era hora de emprender una aventura, una que cambiaría su vida para siempre.

Aprovechando el manto de la oscuridad de la noche, hizo gala de su agilidad gatuna, deslizándose sigilosamente a través del tejado. Logró introducirse en el desagüe de la lluvia y finalmente vio la luz del exterior. Muchos eran los relatos que había escuchado de los ratones bohemios que visitaban la cocina: latas de sardinas gigantescos que surcan baños que parecen no tener fin, lugares exóticos en donde no se encuentra ni una pizca de concreto, un lugar donde un gato lindo llamado Silvestre es burlado por un canario, y donde un ratón de apellido González deja también a ese pobre gato en ridículo.

Llegó a un lugar que parecía una bañera sin fin. En efecto, habían muchas latas de sardinas, tan grandes que pareciera que el palacio cupiera en ellas. Se deslizó dentro de uno de ellos, que hizo un sonido como cuando los carros de sus amos llegan a su casa. Llegó la hora de comer, su estómago se lo indicaba. ¿Cuándo servirán la comida? sin saber que su mundo era tan artificial como fantaseoso, creyó que ocurriría lo mismo, hasta que el hambre, a punto de dejarlo sin fuerzas, le enseña la cruda realidad. Empieza a utilizar su instinto felino, olfato por delante. Un olor delicioso inunda sus fosas nasales. Corre dirección hacia el olor. Se topa con una cocina, en donde un banquete están preparando, pero él claramente no estaba invitado. Se lo hizo saber los cocineros, que por poco lo matan a golpes de porras, mazos y sartenes, Tras recibir el primer golpe de un puntapié, corrió como una liebre a buscar un agujero inalcanzable para sus inquisidores. Sólo uno de ellos, después de que todos abandonarán la cocina, puso frente al agujero un buen trozo de pellejo de pollo, cubierto con salsa de champiñones. Con precaución asoma su cabeza fuera del agujero. Una tierna caricia siente encima de su cabeza. El cocinero hacia sonidos con la boca que no lograba entender, eran sonidos muy distintos a los que sus amos y cuidadores hacían. Devoró el manjar en un instante, saciando así su hambre.

Tras recuperar fuerzas, nuestro amigo felino empieza a recorrer toda la lata de sardina gigantesca. Todo era de metal y pintura. Evitaba a las personas, escondiéndose cada vez que los veía. A la hora exacta, se dirigía al mismo lugar, donde su benefactor le dejaba algo para si bien no saciar su hambre, al menos apaciguar su desesperación. No se comparaba a los manjares del palacio, aún así para él era la comida más sabrosa sobre la faz de la tierra.

El tiempo transcurre sin que Picky se percate. Su pelaje de nieve se ha vuelto de color gris  humo, con manchas de negro aceitoso. La lata de sardina toca tierra. Llegó la hora de abandonarla e ir un busca del palacio. Salió disparado como una flecha. No logró reconocer absolutamente nada de su entorno. La gente, los carros, las casas, los sonidos, incluso el cielo. Hacia un calor abrasador, y un sol inclemente que lo desvanecía. No tenía fuerzas para correr, sólo caminaba. Caminó y caminó hasta que el sol al fin se escondió. A punto de desfallecer, es alejado súbitamente del suelo.  Siente el abrazo fuerte de una niña. Un hombre mayor le dice algo a la niña con dulzura, pero ella agita fuertemente la cabeza y lo sujeta aún más fuerte.

Finalmente se produjo la aprobación. Picky es llevado en brazos hasta el que sería su nuevo y definitivo hogar. Comida, agua fresca y mucho cariño le espera. Claro está también, una superrestregada que casi le da un infarto, pero que le devolvió su traje de color blanco nieve.

¡Al fin llegó la luz! hora de pasar en limpio todo lo que está a lápiz papel y celular para alumbrar. Esta historia, siempre la hemos tenido para el gato de la oficina, más bien la casa del jefe, pues el gato conservó el color azul de sus ojos, algo que jamás he visto en otros gatos, donde sus ojos siempre se tornan verdes, amarillos o marrones. Por si preguntan, aún conserva su cara de apático, su traje de nieve y responde por su nombre.

A la luz de la oscuridad

Desde hace días que leo en el periódico digital que están realizando cortes de luz de hasta dos horas, sin aviso y sin un patrón definido, aunque los entes incompetentes no han hecho ninguna aclaratoria al respecto. Hoy nos tocó. 7:30 pm, cuando el sol inició su tarea en el lejano oriente dejándonos a solas con la compañía de la luna, que se ha ocultado tras el velo de las nubes. Una blasfemia colectiva a escala vecinal se escucha. La oscuridad me sorprende con los últimos bocados de la cena. Lo positivo del asunto, es que me concentré más en el sabor de estos últimos bocados, olvidándome por un momento de la oscuridad, del calor que pronto invadirá el ambiente, y como no, de la entretenida pc y su inseparable amigo el internet.

Sin nada más que hacer, y con un silencio que llama a la meditación, dispongo a escribir estas líneas a lápiz y papel (mi caligrafía sigue sin mejorar), al igual que la entrada anterior, a la luz del celular. Ahora que lo pienso, somos tan dependientes de la modernidad, que ya no sabemos apreciar estos momentos, en que la falla de inversión, mantenimiento, modernización; o mejor dicho, estos momentos que Dios nos ofrece para recordar que en la ausencia de luz, la oscuridad prevalece, oscuridad que ya no sabemos apreciar (al igual que el calor que se está tornando insoportable).

Ya estar por pasar las dos horas, si no llega la electricidad, tendré que tomar medidas extremas: esperar otras dos horas, mientras haya papel, lápiz y batería en el celular.

La Jarra del Tiempo

Una de las cosas que le encantan a todo niño es una buena porción de helado. Desde ancianos hasta niños, recuerdan con especial avidez aquel increíble helado saboreado. Algunos muy sofisticados, como un banana split multifrutal, otros tan sencillos como una simple porción sabor a mantecado, pero todos tienen un factor común, estimulan nuestros sentidos y nos transporta a otro mundo.

Recuerdo un helado muy específico. Más que el helado, fueron las circunstancias que suscitaron ese helado. Año 92, recién terminado el quinto grado de primaria. Mi mamá me prometió reloj nuevo y un helado del tamaño de una jarra, si pasaba todas las asignaturas con veinte (sigo sin entender por qué cambiaron el sistema de puntuación, ahora es por A, B, C y D, para abarcar el rendimiento del estudiante). En aquel entonces, los helados no pasaban de ser barquillas, un polito (trozo de hielo saborizado con una paleta), o un vasito que no alcanza ni para ensuciar el piso, que mamá le compraba al carrito de los helados. No lo graba en mi mente concebir una jarra de helado, hasta que lo vi.

La verdad, era un vaso gigantesco (tendría unos 750 ml) de helado de fresa, con muchos trozos de fresas, tres cerezas y una crema espumosa también sabor a fresa. Es el helado más sabroso que he probado, y aún no he probado otro que lo supere.

Se acerca el día de las madres. Tengo buen tiempo sin llamar a mamá, pues últimamente estoy sin muchas ganas de hablar. Menos mal que aún no he perdido el interés en pensar y escribir.   

martes, 6 de mayo de 2014

Cuentos chinos.

Los chinos poseen una religión politeísta, una fusión entre budismo y taoísmo muy entremezclado, donde fantasmas, el más allá, reencarnaciones, vidas pasadas, predicciones, tributos, ofrendas son algo muy común, algo muy sistematizado. Existen expertos para cada materia, existen procedimientos para cada ritual, y las fechas son aún más precisas, llegando a horas, para realización de alguna actividad importante: una inauguración, una boda, el inicio de una construcción, y todo regido bajo el calendario lunar, uno que tiene 29 días cada mes, doce meses cada año, y por cada tres años se añade un “mes bisiesto”, si es que así se le puede llamar. (según wikipedia se llama embolismal)

No hace mucho, mi hermano y yo tuvimos una conversación amena (aunque fue vía telefónica), básicamente hablamos de todo, pasado, presente, futuro, política, computadoras, esoterismo. El hecho de que conversemos es de por sí todo un notición, pues aunque vivimos separados por cuatro cuadras, tenemos meses sin vernos, y sólo hablamos por teléfono cuando hay algo importante por anunciar, es decir casi no hablamos. En esa conversación, me preguntó:

“Recuerdo que en la casa de China, teníamos un altar para nuestros ancestros, y estaban sus tumbas en la montaña. ¿En dónde carrizo están? ¿En el altar, en sus tumbas, o en el más allá? Y si reencarnan, ¿a quien le estamos dando las ofrendas, como el incienso, las velas, el cochino asado y demás?

Fue muy divertido tener esa respuesta, que aunque ilógica, partiendo del hecho que desde el punto de vista de la religión cristiana todo eso es cultura pagana, y desde el punto de vista científico es sólo producto de años de imaginación y percepciones erróneas, respuesta es respuesta, como las que uno escribe en un examen, sólo para ganarse los puntos correspondientes, a pesar de que el conocimiento te dicte que es errónea.

La respuesta, para que veamos la lógica de la ilógica:

Está el mundo de los vivos y el más allá. Los fantasmas deben de estar allá y no acá, aunque a veces se quedan de este lado por los asuntos pendientes, por lo que no pueden recibir nuestras ofrendas de manera directa ni reencarnar. Cuando están allá, reciben nuestras ofrendas desde portales, y lógicamente no puedes recibir por un portal pequeño algo grande. Por ello, las velas y los inciensos los ofrendamos en el altar de la casa, pero las ofrendas grandes, como el cerdo asado, la comida, las casas, carros, aviones, sirvientes, se los ofrendamos en la tumba, un portal más grande, y en días muy específicos, que es cuando abren. Nosotros ofrecemos reverencias y ofrendas a nuestros ancestros conocidos: padres, abuelos, quizás bisabuelos. Ya nuestros tatarabuelos, nos llevarían fácilmente unos… 120 años por lo menos, tiempo suficiente para que reencarnen, y que casualmente ya no les ofrendamos ni siquiera por esa razón, sino que ya no los conocemos.

¿Ven que hay toda una ciencia detrás de este cuento? Por cierto, las casas, carros, aviones y sirvientes, son modelos a escalas hechos de papel, y se ofrendan quemándolos en fechas determinadas a través de rituales. También es costumbre ofrendar (más bien quemar), origamis dorados en forma de piezas de oro, billetes de utilería de nominación china e incluso dólares. Recuerdo que a papá le ofrendamos todo eso, hasta unos dientes postizos, pero no le sirvieron, porque tiene alergia a las prótesis. Bueno, lo último nos lo contó mamá, una vez que, según ella, conversó con mi padre difunto, y fue en otro ritual.

Caso extremo de falta de ortografía


Vivo en un país, donde según las estadísticas nacionales reflejan un analfabetismo de casi 0%, resultado con el cual el gobierno declara que estamos libre de analfabetismo. Quizás sea cierto, y en verdad, cualquiera puede leer y escribir, pero no todos leen bien, y muchos menos escribir bien. Para empezar la caligrafía, curso que desde siempre reprobé, cuando tengo que redactar a mano un informe, o un mensaje o un memo, lo tengo que hacer en letra imprenta (gracias a dios son contadas las ocasiones, amo a los teclados), pues mi letra corrida nadie la ha podido entender aún.

La ortografía es harina de otro costal. Por lo general se consiguen faltas ortográficas por doquier, desde pancartas hasta en el periódico: palabras mal dichas, confusión entre la “V” y la “B”, falta o excesos de “H”, “R” pronunciados como “L” (y no porque sufran de dislalia), una moda entre regeetoneros (malandros esos), y el caso que veremos a continuación, un mensaje de texto que recibí, titulado escribo como hablo, escribo como puedo.

“hepa miel mano el biaje de mañana basien pre nosbemos henla vemta de llezo a las 7 me habiza pasa ver”.

Cuando leí ese mensaje de texto, no entendí absolutamente nada. Tuve que decirlo en voz alta, todo corrido para luego entender lo que exactamente quería preguntar, bueno, para empezar, lo primero que tuve que descifrar es si era una pregunta, una información o una exclamación.